martes, 27 de diciembre de 2016

Yva: todo el apoyo para una amiga venezolana



La situación económica actual en Venezuela es complicada. Quienes vivimos aquí, sin importar nuestra tendencia política, estamos conscientes de la inflación y de la escasez de alimentos y medicamentos. No obstante, la situación para otros venezolanos en el exterior es también difícil, incluso cuando se trata de gente talentosa.

Un ejemplo lo tenemos en la cantautora Yva Tapia, conocida artísticamente como Yva Las Vegass. Ella reside  en Nueva York, y tiene un tumor de cáncer en su glándula salival. 

Para extraer el tumor es necesaria una intervención quirúrgica, programada para hoy. Sus amigos en Estados Unidos están haciendo una campaña de recaudación para financiar los gastos ligados a la misma. La idea es que la menor preocupación de Yva sea el dinero, y que temas como el alojamiento o la alimentación no sean motivo de estrés. Es un tratamiento riguroso, con cuatro especialistas y seis meses de reposo.

Sabemos, como dijimos al principio de ésta entrada, que la mayoría de los venezolanos está pasando momentos de penurias. Pero también es cierto que existen unos cuántos "compatriotas" con mejores posibilidades financieras que bien podrían prestar algo de ayuda a una compa residente en el extranjero. Además, también sabemos de personas localizadas en el exterior que podrían colaborar con mayor facilidad. La convocatoria se está haciendo a través de la página GoFundMe.

Hacemos además un llamado a medios de comunicación, artistas y músicos, no sólo de Venezuela, sino de Latinoamérica en general, para colaborar en la difusión de esta noticia.


lunes, 28 de noviembre de 2016

Rey Zamuro Radio - Episodio 2

Ya puedes escuchar el segundo episodio de nuestro podcast, dedicado, en esta ocasión, a la agrupación Ozono Jazz. El episodio anterior lo puedes oir en el siguiente enlace. Suscríbete aquí.


viernes, 25 de noviembre de 2016

La Rotunda se presenta "Acústico y Escoñetao"

La agrupación de Joropunk La Rotunda estará presentandose mañana Sábado, en formato acústico, en la sede de la AVAP (Asociación Venezolana de Artistas plásticos) ubicada en La Campiña, Caracas. Previamente, habrá una ponencia sobre Arte y Ecologia a cargo de Fidel Pirona, y una performance del artista Andrés "Amarillo Piña". El evento es gratuito, y corresponde a la clausura de la exposición colectiva Ecología para depredores. Para información sobre la dirección , puedes revisar el evento en facebook.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Podcast Rey Zamuro

Ya puedes escuchar nuestro podcast Rey Zamuro Radio, con información sobre la fusión de géneros contemporáneos como el rock, el jazz o la electrónica con los sonidos folklóricos venezolanos. Podrás oír a artistas ya comentados en este blog, pero además, haremos episodios especiales dedicados a artistas de otras partes del mundo que hacen algo similar con los géneros populares de otros países. En esta ocasión, hablaremos sobre el compositor y teclista venezolano Angel Rada.


sábado, 29 de octubre de 2016

Ecología (y música) para depredadores

Quinto Aguacate

Hoy se inaugura, a la 1.30 pm, la segunda edición de la exposición colectiva de arte Ecología para Depredadores. Según sus organizadores,  la muestra "insiste en despertar nuestra conciencia pro ambiental explorando de modo creativo las relaciones entre el ecocidio y la psicopatía". ¿Y que tiene que ver esto con nuestro blog, aparte de que la música también es un arte? Pues, la exposición incluye no sólo obras de más de diez artistas visuales, sino que también incluye la puesta en escena de tres interesantes propuestas musicales.

Para la inaguración, la exposición contará con una presentación de la agrupación caraqueña Quinto Aguacate, quienes añadirán algo de de performance (arte de acción) a su propuesta de rock alternativo venezolano o "rockandelia". 

El 12 de Noviembre se presentará el colectivo musical Ensamble Tetracordo, oriundo de la ciudad de Los Teques, cuyo sonido se puede emparentar con propuestas ya clásicas en nuestra experimentación popular tales como el Ensamble Gurrufío, e incluso, otras más recientes como Compasses.


Para el cierre, el sábado 26 de Noviembre, sonará el joropunk de La Rotunda (en formato acústico) y la música del Selector Alan Brito de Los Altos, conocido también como Alan Turing´s Machine, quién hará una sesión mezcla de selección musical con presentación en vivo, aplicando el concepto de "reciclaje musical".

La muestra incluye además un Taller de Encuadernación Ecológica,  la proyección de una película (Tomorrowland,  2015) y una ponencia sobre Arte, Ecología y Ambientalismo. La cita es en la AVAP (Asociación Venezolana de Artistas Plásticos) a partir de la 1.30pm. Más información en el evento de facebook.


El cronograma completo...


viernes, 28 de octubre de 2016

"Etnocidio" en concierto 35 años después - Hoy 6pm TTC

Hace 35 años Emilio Mendoza, conocido actualmente por su trabajo con Ozono Jazz, compuso la pieza "Etnocidio", inspirada en el genocidio cultural sufrido por los pueblos nativos de Latinoamérica.  En aquel entonces, estos grupos étnicos corrían el riesgo de perder su identidad, olvidando rasgos como su lengua y su modo de vida. La situación no ha cambiado mucho en la actualidad.

Esta composición fue creada para instrumentos étnicos nativos de Latinoamérica, incorporando además otros de culturas como la africana y la española, generadoras de nuestro mestizaje cultural. Fue presentada por la agrupación ODILA (Orquesta de Instrumentos Latinoamericanos) que se basó en la enseñanza académica de este tipo de instrumentos, y en la creación de piezas nuevas para este tipo de instrumentos, agregando además la ejecución de repertorio tradicional de nuestro subcontinente.

La presente versión de Etnocidio fue preparada para la edición en partitura por Equinoccio-USB y difiere de la versión original de 1982. Ésta última fue grabada en el disco de larga duración De lo Tradicional a lo Contemporáneo (1986). Ha sido utilizada como parte de la coreografía de compañías de danza como José Limón (N.Y, USA) y el Ballet Coreoarte de Caracas. También ha sido utilizado como base musical y conceptual para piezas de video arte como Ascuas (1984) y Aloha Tacoa (1985) por el director Benno Richard Mauler de Munich, Alemania.
Emilio Mendoza

En 1994 una versión más reducida fue preparada por encargo de la American Composers’ Orchestra, NYC, para un concierto dentro de la serie “Sonidos de las Américas: Venezuela,” en conjunto con la agrupación venezolana Ensamble Gurrufío en el complejo Carnegie Hall, Nueva York, el 3 de diciembre de 1994. Incluyó algunos instrumentos de la orquesta sinfónica como sustitutos a los étnicos por razones de montaje.

La cita para escuchar esta pieza en vivo es hoy a las 6pm en la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño de Caracas.



viernes, 21 de octubre de 2016

Sonidos étnicos y electrónicos hoy en cultura Chacao



No es la primera vez que hablamos de EtnoE3 en esta bitácora. Hace unos meses reseñamos su presentación en Caracas junto al veterano músico Miguel Noya. Quién haya leído esa reseña, y haya escuchado el material de esta agrupación en redes sociales como Soundcloud tiene la seguridad de que se trata de un trabajo de calidad, no sólo basado en composiciones de estudio, sino en una interesante puesta en escena.

Si resides en Caracas y te quedaste con las ganas de verlos en aquélla ocasión te tenemos una buena noticia: hoy, a las 5pm, se presentarán en la sala experimental del Centro Cultural Chacao (ubicada detrás del C.C.Lido) y lo mejor de todo: la entrada es libre. 

La iniciativa forma parte del ciclo de conciertos Bancaribe pone la Música, patrocinado por esa entidad bancaria, en conjunto con Cultura Chacao. Una buena opción para relajarse un viernes en la tarde, luego de una semana ajetreada.

viernes, 14 de octubre de 2016

El country-blues toma Caracas y Valencia


Con dos conciertos inéditos para Venezuela, la Embajada de Estados Unidos de América presentará por primera vez en un festival este singular estilo de música en Caracas y Valencia para deleite de los melómanos y del público interesado en conocer más sobre el Blues como expresión musical. 

En esta oportunidad, el músico de Country-Blues David Evans viene a Venezuela para presentarse en Caracas en el Anfiteatro El Hatillo el domingo 23 de octubre a las 2:00 p.m. y en Valencia el viernes 28 a las 7:00 p.m. en la Sala de Conciertos del Diario El Carabobeño. Las bandas de Biella Da Costa, Blackoffee Blues y Hard Blues acompañados de Mario Arace, Enrique Lara, Eduardo Soto, Gabriel Torres, Iñigo Ayala y Jorge Tahan mostrarán su talento representando a nuestro país durante este evento tan especial. Paralelamente, David Evans dictará clases magistrales y se ofrecerá un concierto de la banda Blackoffee el jueves 27 de octubre a las 6:00 p.m. en los espacios abiertos de El Carabobeño en Valencia. Evans ha dirigido talleres de Country-Blues y conferencias en muchas localidades dentro y fuera de los Estados Unidos con regularidad, en conjunto con alguna presentación en festivales y/o conciertos. 

Davis Evans ha estado ejecutando el Country – Blues (vocal y guitarra) desde 1962. Este género lo aprendió directamente de varios músicos de mucha trayectoria en el Blues y de generaciones anteriores. Muchos de sus conocimientos los adquirió en el transcurso de sus investigaciones de las tradiciones del Country – Blues alrededor de los Estados Unidos de América. Evans se desempeña actualmente como profesor de Música en la Universidad de Memphis y ha dado clases como invitado en la Universidad de Mississippi.

Es autor de Tommy Johnson (1971), Big Road Blues: Tradición y Creatividad en el Folk-Blues (1982) y el programa radial en NPR (National Public Radio) La Guía del Blues (2005). Junto con muchas otras publicaciones, David Evans ha producido más de 50 LPs y CDs en su campo y ha grabado en estudios de Blues, Gospel y Folk Music.

Desde 1980, Evans ha realizado giras en Alemania, Suecia, los Países Bajos, Bélgica, Francia, España, Italia y Suiza como guitarrista de Jessie Mae Hemphill, Hammie Nixon, Johnnie Shines y Jack Owens y ha hecho más de 40 giras por su cuenta en casi toda Europa y Latinoamérica, incluyendo Venezuela. 

El Blues es originario de las comunidades afroamericanas de Estados Unidos y se desarrolló a través de las espirituales, canciones de oración, canciones de trabajo, rimas inglesas, baladas escocesas e irlandesas narradas y gritos de campo. 

Para conocer más detalles de este programa, se ofrecerá una rueda de prensa en Caracas, en el Juan Sebastián Bar el dia jueves 20 de octubre a las 6:00PM

Fuente. Nota de prensa C.V.A.

viernes, 7 de octubre de 2016

Este viernes: un circo con blues y rock autóctono


Germain Coronado "El Llanero Eléctrico" sigue presentando con éxito su propuesta solista. Esta vez la ciudad de Maracay (donde reside desde hace ya un tiempo) volverá a presenciar su mezcla de rock y música popular venezolana, aderezada con algo de comedia y la reinterpretación de algunos clásicos. 


Junto a El Llanero se presentará la agrupación Harrison Blues, una banda que, tal como indica su nombre, cultiva este género afro-americano nacido en el Sur de Estados Unidos, aunque con otras influencias como la psicodelia y la música afro-caribeña.

La cita es hoy a las 8pm en el Parque El Ejército (Las Ballenas) ubicado en la Capital Aragüena, en la "Carpa Naranja" de Más o Menos Circo

lunes, 26 de septiembre de 2016

El Hatillo Jazz Festival anuncia su décimo tercera edición para el 30 de septiembre

Más de 22 artistas colmarán el pueblo de El Hatillo el fin de semana entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre con la décimo tercera edición de El Hatillo Jazz Festival.
Para esta edición, se suman más de 8 restaurantes de la zona para unirse a la programación y oferta del Festival. Entre ellos se encuentran: La Beat EntenteJaleo Restaurant, y El Ajillo. De igual manera, este año se unen las embajadas de Italia, Francia y Perú y proponen a los artistas Freddy Adrián Sexteto, el saxofonista italiano Carlos Actis Dato, el guitarrista peruano Freddy Guzmán y el francés Laurent Lecuyer. Entre los artistas nacionales seleccionados para esta edición están Gerry Weil TrioPepperlandPrisca Dávila y Caracas Sincrónica.
También, este año se contará con una previa al Festival a partir del sábado 24 de septiembre al jueves 29 de septiembre a las 6:30 pm todos los días con la proyección de películas en alianza con la Embajada de Estados Unidos y la Fundación Margot Benacerraf.
El Hatillo Jazz Festival tomará la plaza Bolívar de El Hatillo, el Centro de Arte de la Alcaldía y el piso 5 del Centro Comercial Paseo El Hatillo, aparte de la alianza con los restaurantes de la zona. 
Con información de Efecto Cocuyo


viernes, 23 de septiembre de 2016

Domingo de Nu Jazz y Joropo de vanguardia

Dos propuestas musicales muy interesantes se presentarán este 25 de Septiembre, y lo mejor de todo, no hay razón para perderse ninguna. 


A las 11 de la mañana Humberto Scozzafava, integrante (y alma musical) del proyecto nu jazz La Provisional estará en Los Galpones, remezclando en vivo temas de cosecha propia incluidos en su primer (y hasta ahora único) trabajo, Estación Espacial Caracas. Para quién no conoce el trabajo de esta banda, suenan, en sus propias palabras , "como si si Daft Punk, Herbie Hancock y Pérez Prado hubieran trabajado juntos creando música".  Entrada libre.


A las 5 pm se darán cita, esta vez en el Centro Cultural B.O.D. el cuatrista Edward Ramírez y el cantautor Rafa Pino, quienes estarán presentando su primer álbum en conjunto, El Tuyero Iustrado. Se trata de un trabajo que continúa con la línea de joropo central de vanguardia presente ya en otros trabajos de Rafa Pino, y el álbum solista de Ramírez Cuatro, maraca y buche. El cuatro punteado, poco usado en la música tuyera actual, es rescatado por Ramírez, quién lo procesa a su vez con efectos de guitarra eléctrica. El ticket tiene un costo superior a las 4 mil Bs.

Dos excelentes opciones para los amantes de la tradición, como también de la innovación.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Cuando la Gasolina no es perréo

Más cerca del Mississipi que del Guaire, acompañado por el instrumento típico nacional, Gelio Arturo Acosta, conocido popularmente como “Gasolina” es el mejor exponente – quizás el único – del blues al estilo criollo. Antes de leer te pedimos un favor: no pienses en Daddy Yankee.


 Alguna vez llegaron esclavos a Norteamérica. Venían de África, trabajaban en las plantaciones, y a diferencia de sus hermanos radicados en Sudamérica, fueron despojados totalmente de su cultura. En países como Venezuela, al menos, pudieron reconstruir sus tambores. Pero allá, en el territorio que luego sería llamado Estados Unidos de América, tuvieron que aprender a tocar los instrumentos de sus amos. 

 Hay historias que se asemejan aunque exista una distancia no sólo geográfica. Es el caso de Gasolina, trovador callejero quién, al igual que los cantantes de blues del sur de Estados Unidos, aprendió a expresarse con el instrumento que tenía a su alcance. Y fue precisamente blues, aunque también soul, lo que comenzó a ejecutar con un instrumento autóctono evidentemente atípico dentro del folklore estadounidense: el cuatro venezolano. El resto del cuento, por supuesto, no es tan trágico, nuestro amigo nunca fue víctima de la esclavitud. 

 Parte 1: El primer encuentro

 Había buscado al Señor Gelio “Gasolina” Acosta por un par de semanas. Meses atrás, alguien me había mostrado un video de youtube, en el cual el cantautor interpretaba su tema La Velocidad del alma. Recordé al folk con tintes negroides del gran Richie Havens y aunque luego supe que el protagonista de esta crónica no había escuchado (al menos de manera consciente) al intérprete de la canción Freedom, había algo similar. Ambos cantautores aprendieron a tocar sus respectivos instrumentos de manera autodidacta, y así crearon su propio estilo. 

Luego de escuchar una única canción, decidí buscar al personaje, gracias a la iniciativa de mi novia, quién había quedado encantada, al igual que yo, con su música. El siguiente paso fue buscarlo por la zona de Bellas Artes (Caracas) sin mucho éxito. Días después, lo conseguí de casualidad por el casco histórico de la ciudad. “¿Es Ud. Gasolina?” le pregunté, y la respuesta fue afirmativa. Así lo llaman desde Febrero del ´89, cuando compuso una canción satírica sobre el aumento del combustible.

 Parte 2: Un recital informal 

Cuadrar un encuentro posterior con Gasolina no fue muy difícil. Una llamada telefónica bastó para ello. La cita se fijó para un Sabado en la tarde, en una tasca cercana a la Plaza Bolívar de Caracas. Pero el encuentro no fue en realidad una entrevista. Fue más bien una convivencia. Recordé aquéllos trabajos de campo en la universidad, en los cuales de nada servía hacer registros fotográficos o de audio sino se vivía la experiencia.

Gelio “Gasolina” Acosta, el blues-man de las cuatro cuerdas, se encontraba en su entorno natural. Allí, en el casco histórico de la capital, suele saludar no sólo a sus colegas músicos, sino a personas que conocen su trabajo y lo tutean por su sobrenombre “¿Epa Gasolina?¿cómo está la vaina?” le dicen. Pero en esta ocasión se encontraba ganando nuevos adeptos, y sus nuevos seguidores terminaron comprándole un CD. Es lo que llaman un “quemaíto” (un cd grabado caseramente), pero aunque cuesta 50 BsF, vale la pena. En internet apenas se pueden ver un par de videos sin la calidad de un estudio de grabación. 

 Gasolina había salido por un instante del restaurant La India para recibirnos. Entramos, y supimos que ya tenía rato mostrando sus canciones. En la mayoría de las mesas se bebía cerveza, en unas cuantas se comía, pero la fiesta era sólo en una de esas mesas. Una pareja celebrando su aniversario de casados le pedía canciones al trovador. No sólo tocó canciones propias, sino también boleros y algo del Tío Simón. 


 De esa manera lo conocimos, sin poder cumplir con el protocolo típico de una entrevista. Estaba allí, gritando como James Brown, tocando cuatro acordes y adornándolos, volteando además su instrumento para golpearlo como un tambor, incorporando algunos silbidos y percusión vocal. Ni a los comensales ni a los dueños del restaurant pareció causarles molestia. Probablemente ya estaban acostumbrados al ritual.

 Intentamos conversar con Gasolina, y algo logramos, aunque prefirió hablarnos de política (particularmente un proyecto de viviendas de su autoría que lo tiene obsesionado) o echar chistes que responder preguntas sobre sus canciones De todas maneras, logramos saber que tenía cuatro décadas cantando, que había escuchado muchos temas de blues y soul sin saber quiénes eran sus intérpretes, y que nadie le había enseñado a tocar el cuatro. También nos dijo que no consideraba que la música negra estadounidense fuera estadounidense. 

 Gelio Acosta “Gasolina” tampoco está muy enterado acerca de la fusión venezolana actual, pero conoce a una banda llamada Toberías porque los vio en el paseo Los Próceres. Acaba de enterarse de que mi grupo existe, y le enseñé un par de canciones. La laptop de su hijo y la conexión wi-fi nos ayudaron bastante.

 Parte 3: Intercambio de papeles 

 Un par de horas después se terminaba el recital informal de Gasolina. Sus nuevos amigos se despidieron cordialmente de él como si lo conocieran de toda la vida. Nosotros (es decir, mi novia, una colaboradora de Corriente Alterna, y yo) estábamos dispuestos a marcharnos hasta que el cantor callejero nos invitó a una emisora de radio comunitaria ubicada a media cuadra. En menos de quince minutos, asistimos a una entrevista que no estaba preparada, e incluso, pasamos a ser parte del grupo de entrevistados. 

 Gasolina interpretó de nuevo sus temas, y habló, nuevamente de un proyecto de viviendas que parece obsesionarlo. Nosotros hablamos de Corriente Alterna, y a la vez, aproveché para conversar sobre mi banda mientras colocaban nuestros temas. Pero Gasolina se robó el show, y al parecer su visita era hábito. Nuevamente interpretó el tema del cual derivó su nombre artístico, aclarando que había sido hecho para otro presidente, hace más de 20 años. En ese momento, ya el tema se nos había pegado a la cabeza. 


4.El final 

 Pero nada dura para siempre. La entrevista – o la convivencia –tenían que terminar en algún momento, y ya era de noche. Más de uno tenía que irse a su casa. Le quedamos debiendo uno de sus cd´s “quemaítos” pero a decir verdad, no nos imporyo muchos. En tiempos de indie-rock, autotune y neofolklore enlatado, nada mejor que conocer a personajes como Gasolina, cuyo sonido no sólo tiene el potencial para enganchar a un gran público, sino que puede resultar imperecedero. El secreto está en que su música carece de oportunismo. A veces el público necesita acercarse a la realidad.

Artículo publicado originalmente en Octubre de 2011 en el portal Corriente Alterna.


Escucha a Gasolina en nuestra Lista de Reproducción de Jazz y fusión venezolana

martes, 30 de agosto de 2016

Lavoe contra Lavoe: un tributo para el público


Por Ernesto Soltero
Fotos: Pisirila


Hector, en compañía del ron.
La salsa no es un género venezolano. A pesar de sus influencias afro-latinas, algunos la consideran newyorkina, aunque por supuesto, es una creación de la diáspora caribeña (en especial portorriqueña) residente en la Gran Manzana. Quienes cuestionan esa tesis, argumentan que se trata en realidad de música afrocubana (guaracha, mambo, son o guaguancó) con un nombre más comercial , tocada por músicos no necesariamente cubanos

Pese a lo dicho en el párrafo anterior, sería injusto catalogar a la salsa como un mero plagio, o como una etiqueta atractiva y vendible que engloba a la música de Cuba. Quien escuche discos editados por sellos como Fania, a partir de los años ´60 y ´70, debe reconocer las innovaciones, tanto en la producción como en la instrumentación, incorporadas en ese tipo de ritmos desde aquel momento, incluyendo influencias de la música negra estadounidense, o el uso del trombón en lugar del saxo. Eso es la salsa.

Por si fuera poco, el género tiene un vínculo fuerte con Venezuela. Siendo un país con marcada influencia afrodescendiente, Venezuela está más unida al Caribe que con los pueblos hermanos de Surámerica. Fue aquí , en tierras de Bolívar, donde un locutor llamado Phidias Danilo Escalona le colocó nombre al género. Otro criollo, el músico Federico Betancourt, lo utilizó por primera vez para promocionar un disco. Hecha esta introducción, para justificar el artículo dentro del blog, sigamos hablando de salsa, pero también de teatro.

El monólogo de “El Cantante”


El terror de Míster Taquilla.

Una obra teatral, casi un musical, está extendiendo sus funciones luego de una exitosa temporada. Está basada en un monólogo de Edgar Borges, escritor venezolano radicado en Madrid. Se trata de Lavoe contra Lavoe: La Tragedia de El Cantante, pieza que se basa, por supuesto, en la vida del salsero portorriqueño Hector Pérez, conocido popularmente como Hector Lavoe.

Este montaje escénico, dirigido por Erika Pacheco, parece más bien un espetáculo mixto. Cuando Lavoe (es decir, Carlos Añez) tiene que hablar, habla, y cuando tiene que cantar, canta. La música y los diálogos están tan separados, que parecemos presenciar una obra de teatro y luego un concierto. Si quitamos la parte musical, la obra podría ser un monólogo, de no ser por la intervención de un personaje bastante aguafiestas: Mr. Taquilla (Alejandro Palacios) quién representa lo peor de la industria musical. Este tipo de personajes de pesadilla son interesantes, acaso contradictorios, ya que son una crítica al mundo del espectáculo desde el mundo del espectáculo. Otro personaje anecdótico aparece casi al final, aunque carece de parlamento: se trata de Yaky Macho (José Félix Armas) el "clon" de Lavoe.

"Mira lo que logré papá: la fama"

Carlos Añez hace una interpretación convincente al representar a Lavoe. Su acento portorriqueño, con su “cantaíto” caribeño y sus anglicismos suena bastante convincente. Lo mismo se puede decir de Alejandro Palacios al representar a su personaje ficticio. Ninguno de estos artistas histriónicos proviene de la isla, pero logran hacernos dudar de su verdadera nacionalidad.

La obra se sitúa en los últimos días del conocido cantante boricua, quién, desde la soledad de una habitación, comienza a hablar de su vida con los espectadores. Muchos de los hechos narrados se basan en la realidad, aunque son contados de manera fabulada. Uno de los sucesos relacionados en la ficción con el Madison Square Garden, por ejemplo, corresponde en la vida real a un concierto (suspendido) en Puerto Rico a finales de los ´80.


La cabilla suena en vivo
Luego de un momento no muy largo, la pieza deja de ser una muestra de talento actoral, y se convierte en una muestra de talento musical. Carlos Añez demuestra entonces que no sólo tiene cualidades histriónicas, sino que posee las cualidades vocales de un buen sonero. Su canto es acompañado por una orquesta de siete músicos, bastante duchos en la ejecución de sus instrumentos, quiénes interpretan continúamente piezas emblemáticas en la carrera de “la voz” de Borinquen. Se entiende que la obra es una reinterpretación, pero sería interesante, por ejemplo, aplicar un vestuario a los músicos acorde a la década de los ´70.

Tanto en la parte actoral como en la musical hay interacción con el público. Temas como Periódico de Ayer, Todo tiene su final, Te conozco, Linda o Mi Gente son interpretados por Carlos, en su papel de Lavoe, pese a no ser idéntico físicamente, parece una proyección holográfica de “El Cantante”. De cierta manera hay algo de happening o performance, una improvisación musical y actoral que quizás rompe un poco con el libreto original de Edgar Borges, y convierte a cada representación en una obra única.

Un artista entregado a los fans.
Luego de dos horas de música e historia, concluímos que ha valido la pena presenciar el espectáculo. Ha sido similar a una noche en “El Maní” (conocido local salsófilo caraqueño) aunque, lamentablemente, se echa de menos la compañía de un buen trago. Cuando el público (ese que tanto amaba Lavoe en la vida real) hace su ovación de pie, hace rato que ya no ocupa sus asientos. Si hubo algún homenaje en la obra no es para Hector "El Cantante", sino para el público que tanto amó.

Más sobre la obra

Edgar Borges, el autor de la obra, es un escritor y periodista con varios reconocimientos, siendo quizá el más importante el primer lugar del Premio Internacional de Novela Albert Camus. Fuera de la novela y el teatro tiene otras publicaciones relacionadas con la salsa. Una de las más notorias es Vínculos, Apuntes con Rubén Blades donde aparecen correos intercambiados con el cantautor panameño.

La pieza Lavoe contra Lavoe, la tragedia de El Cantante estará presentándose en el Centro Cultural B.O.D. (La Castellana) los días viernes, hasta el día 9 de Septiembre. Próximamente será escenificada en otros estados del país, como Yaracuy y Carabobo. Se espera además mostrar el espectáculo internacionalmente.


Un abrazo pa´l público, mi gente...


viernes, 19 de agosto de 2016

Llanero Eléctrico. En Vivo. Sábado 20 de Agosto. 7pm

Hoy a las 7pm se presenta Germain, mejor conocido como El Llanero Eléctrico. Será en el Centro Cultural Parque Central (Café Sur 21), en el Marco del 4to Mercadito de Diseño al Parque.  La presentación de El Llanero servirá par clausurar el evento, ya que este está pautado para terminar a las 8 de la noche. El local está entre las dos torres de Parque Central (Caracas,ojo), Nivel Urdaneta.



miércoles, 17 de agosto de 2016

Yvas las Vegass. Entrevista en ´El Otro Rock´ Hoy a las 8pm



El programa radial El Otro Rock, transmitido a través del website Equilibrio.net, transmitirá hoy 17 de Agosto, a las 8pm (hora venezolana) una entrevista a la cantautora venezolana Yva las Vegass, residenciada actualmente en la ciudad de Nueva York.

Con más de 3 décadas de residencia en Norteamérica, con incursiones en géneros como el punk-rock, el grunge y la world music, Yva actualmente cultiva su partícular visión de la música popular venezolana, formando parte del staff de artistas del sello Moniker Records, ubicado en la ciudad de Chicago.

Es recordada por muchos por participar en la agrupación de rock alternativo Sweet 75, junto a Kris Novoselic, de Nirvana, en la cual aportó influencias musicales propias de su país, además de ser compositora de la mayoría de los temas. Su álbum solista de 2012, I was born in a place of sunshine and the smell of ripe mangoes, fue bien recibido por los medios alternativos estadounidense, hasta el punto de ser considerado uno de los mejores de ese año, según emisoras como NPR.

Para escuchar la entrevista, basta con hacer click en el siguiente enlace. Recuerden sintonizarla en horario venezolano.

sábado, 13 de agosto de 2016

De tambores rockeros y cuatros distorsionados (algo así como un resumen semanal)

¿Qué nos viene a la mente cuando hablamos de fusión con música étnica? Generalmente pensamos en estilos como el jazz latino o quizás música electrónica estilo chill out. Pero rara vez pensamos en el rock.

El rock es producto de la fusión. Nació en los años ´50 (o tal vez antes) cuando se mezclaron estilos como blues y la música country. Hereda elementos de la música popular europea y africana. A partir de los años ´60, con la llegada de la onda psicodélica, incorporó influencias más exóticas. The Beatles, por ejemplo, agregó a su propuesta elementos musicales de la India. Pero además, Carlos Santana también experimentó con la música afro-cubana. Miles Davis, quien había participado en revoluciones jazzísticas como el be bop y el cool jazz, encendió la mecha del jazz-rock. El rock progresivo de los ´70 abrió más caminos a la experimentación, y en Venezuela tuvimos a un Fernando Yvosky y a un Vytas Brenner que le dieron sonoridad criolla al género.

Pero el rock-fusión no es patrimonio exclusivo de hippies o rockeros progresivos. Tampoco es algo que sólo se atreven a hacer músicos de ska y reggae como Desorden Público y Fabulosos Cadillacs. Existen músicos de estilos más estridentes como el rock alternativo y el rock pesado que también se acercan a la música afrocaribeña ¿y por qué no? venezolana.

En los años ´90 tuvimos experimentos aislados como el hardcore metalero y salsoso de Laberinto o el grunge con elementos criollos de Sweet 75, proyecto que unió a la venezolana Yva las Vegass con Krist Novoselic, ex-bajista de Nirvana. Más allá de las versiones nefastas hechas hace casi 10 años por bandas oportunistas que querían sonar ajuro en la radio por medio de la ley RESORTE, hay agrupaciones venezolanas actuales que están experimentando con el rock más estridente y los sonidos más autóctonos.

Esta semana les tenemos tres ejemplos muy bueno que representan la actualidad de la fusión en Venezuela. En primer lugar Mirada Interna, una curiosa agrupación del estado Mérida cuyo sonido está más cerca de la costa que del páramo. El ritmo de los tambores afrovenezolanos se mezcla con guitarras distorsionadas, aunque también algo de jazz y electrónica. Puedes leer y escuchar sobre ellos en el siguiente enlace.


Pero además, hicimos una reseña del recital más reciente de Germain, "El Llanero Eléctrico", quién reinterpreta clásicos del rock, como Radiohead o The Doors, con la ayuda de su cuatro eléctrico.

Otro que tiene tiempo tocando y aparece en nuestro blog es Abraham Sarache, radicado actualmente en Holanda. Tiene más de 10 años experimentando con el cuatro eléctrico, procesando su sonido gracias a la tecnología, y haciendo que suene con la potencia de una guitarra rockera. Su álbum debut como solista suena, de hecho, bastante pesado, y puedes leer sobre él aquí.

Pero quizás palabras como  "rock", "jazz",  "fusión" y "metal" no son más que etiquetas para encasillar cualquier cosa. Al menos así lo ve Armando González, de la agrupación Los Tercios. Puedes leer su artículo de opinión publicado en nuestro blog.

Como siempre, te recordamos que puedes colaborar con cualquier tipo de material sonoro o escrito, siempre y cuando se relacione con la fusión venezolana.

viernes, 12 de agosto de 2016

Abraham Sarache: "La siembra" del cuatro eléctrico.

Reseña de The Gardener, álbum debut de este músico venezolano.


La diáspora venezolana sigue dando de que hablar. Más allá de cualquier situación política o económica, hemos exportado, desde hace décadas, unos cuántos músicos, incluyendo combos completos. Se encuentran diseminados, principalmente, en Norteamérica y Europa. Lo más interesante es que están llevando algo del sonido latinoamericano, e incluso, venezolano, a territorios donde sabemos predomina lo anglosajón.

Uno de esos músicos es el cuatrista Abraham Sarache, quién ha vivido desde hace 14 años en países como España, Alemania, Reino Unido y actualmente Holanda. Desconectado de la movida venezolana, y desconocido en su país tanto por el público rockero como por aquéllos seguidores de la música tradicional, Sarache se ha concentrado desde en trabajar su propuesta. En su proyecto predomina el cuatro venezolano, aunque su uso no sea demasiado evidente. 

A primera escucha, el álbum The Gardener no suena a fusión venezolana ni a folk-rock. Lo más notable son las influencias del rock progresivo moderno y el metal alternativo. Advertimos de vez en cuando que hay uno que otro sonido folklórico, y coqueteos con la rítmica 6/8, pero predomina la electricidad y la distorsión. Mas sucede que este disco no tiene ni una sola guitarra. Se trata de un cuatro eléctrico con sonidos manipulados. El público europeo lo ha recibido bien, y se sorprende al saber que lo que escuchan en el disco no es una Stratocaster o una Fender, sino un instrumento folklórico con cables.



Sarache no es el primero en hacer ese tipo de experimentos. Grandes cuatristas venezolanos ya tienen por lo menos una década utilizando la versión eléctrica del instrumento, aunque ejecutandolo de forma limpia, sin efectos tecnológicos. Otros como Edward Ramírez han ido más allá, tocando joropo tuyero de forma “psicodélica”. No podemos obviar tampoco a Los Últimos Indocumentados, con el fallecido Jo Semi, quienes hacían una música grunge con ayuda de un cuatro distorsionado, o a El Llanero Eléctrico, quién sin embargo tiene un estilo, digamos, menos anglosajón.


Se trata de un disco de rock muy bien producido, con gancho. Quienes esperen escuchar algo parecido a Vytas Brenner o a Compasses seguramente se decepcionarán, pues, predominan las letras en inglés y no escucharán el típico cuatro acústico charrasqueado. Mejor escucharlo como lo que es. Un disco de metal progresivo que incorpora un instrumento ajeno al género y le otorga un rol estelar. 

domingo, 7 de agosto de 2016

Tambores rockeros suenan con "Ciega Fuerza"

La agrupación merideña Mirada Interna continúa promocionando su primer álbum titulado Ciega Fuerza, un trabajo enmarcado dentro de la fusión venezolana. El disco, catalogado por sus miembros como rock afrovenezolano, contiene también influencias como el jazz y la música electrónica, predominando la fuerza del tambor y la poderosa energía del rock.

El álbum es de carácter conceptual, y narra, a través de la música y los efectos sonoros,  la historia de un personaje, el cual viaja a través de sus sueños para llegar a su subconsciente, en donde estarán ocultos sus más profundos instintos y temores. 

 El estreno del álbum Ciega Fuerza se llevó a cabo los días 13 y 14 de mayo de 2016 en el teatro César Rengifo de la ciudad de Mérida. Los conciertos estuvieron enmarcados dentro del concepto de concierto – película, acompañando la música en vivo con la proyección de cortometrajes, enmarcados en su mayoría en locaciones naturales y también urbanas del estado Mérida. Los conciertos fueron registrados, y actualmente la banda trabaja en la edición de un DVD en donde estarán integrados los cortometrajes y la música en vivo.

 En el siguiente enlace puedes descargar el tema promocional, cuyo título es el mismo del primer álbum de la banda. También puedes oir esta placa discográfica a través de soundcloud.

viernes, 5 de agosto de 2016

Opinión: Géneros y Etiquetas

Por Armando González (Los Tercios)



#Pop&Rock
Desde mediados del siglo pasado la moda entre los artistas contraculturales o de vanguardia o de fusión era conjurar las etiquetas como a cadenas opresoras. La frase acuñada era “mi trabajo no se puede etiquetar…” o “soy un artista que desafía las convenciones, a los que tratan de etiquetarme y limitarme yo les digo que…” y cosas por el estilo. Súbitamente, internet mediante, las etiquetas obtuvieron el abolengo del hashtag anglosajón y ahora todos (artistas o no) corren a por la suya, se la ponen en la cabeza y se fotografían orgullosos. De golpe y porrazo ya no queremos ser irrepetibles, reclamamos nuestra etiqueta. ¿Qué pasó?

A veces creemos que como es ahora ha sido siempre, que Pedro Picapiedra era obrero del neolítico y compraba comida rápida. Yo personalmente creo que no siempre la música ha tenido géneros. Lo que sí ha sido una constante histórica es que los humanos tienen distintos estados de ánimo. Las culturas se inventan palabras y actividades para estos estados de ánimo, así, más o menos, supongo yo, en cierta cultura, cierto tiempo, cierto lugar, las gentes, cuando se sentían festivas o tenían motivos para festejar, reunían aguardiente, comida, techo y música, comenzaban a reír, beber, bailar y cantar, y a eso le llamaron joropo. “¡Póngase las alpargatas que lo que viene es joropo!” es una frase muy fuerte como para referirse solamente a unas melodías, esto apunta más bien a una noche épica, como lo tiene que ser, en sentido cabal, una noche de joropo.


#Música
Hablando de música, hubo un tiempo en que existían unos lugares conocidos como disco-tiendas. En esa época la música venía en una plaquitas sintéticas circulares que llamaban discos y eran compradas allí. En los estantes se apilaba la mercancía y uno se ubicaba en el local siguiendo unos cartelitos que ponían con los nombres de los “géneros”. Eran estos unas etiquetas (vaya coincidencia) que rezaban: “rock”, “salsa”, “merengue”, “jazz” y así. Eso, a nivel semántico, funcionaba muy bien con Amanda Miguel, con Porfi Jiménez o con cualquier intérprete cuyas canciones se parecieran lo suficiente entre sí. También funcionaba muy bien fuera de la disco-tienda, y así los habían que decían que eran punks, otros que decían que eran metaleros y otros que decían que eran salseros y así. Era como si el mundo tuviera cierto orden divino ejecutado en base a los planes de las disco-tiendas ¡qué maravilla! pero no, o no del todo.

La música construye y expresa estados de ánimo. La cultura y los individuos expresan esos estados de ánimo de maneras cada vez más complejas a través de productos culturales. El caso de la música es especial porque sus productos culturales están asociados a ritos sociales: hay tambores de Naiguatá para terminar la fiesta de matrimonio y hubo marcha nupcial para iniciarla, hay mariachis para el día de la madre y rancheras o boleros para la resaca de ese licor llamado amor. Así las cosas, las distintas músicas pudieran ser etiquetas de distintos estados de ánimo. Estoy seguro que cualquiera me entendería si le digo “hoy me siento como una canción de Chavela Vargas” ¡pobrecito!

#AtardecerLlanero
Desde que se puede vender música, así, industrialmente, se venden también estados de ánimo. “No vendas zapatos. Vende pies bonitos” es la vieja conseja de los publicistas. Hay que decir que los estados de ánimo no son puros ni universales, sino que se sostienen en el marco general de referencias éticas y estéticas que manejan los individuos, y los individuos se agrupan, forman vínculos y, al compartir sus estados de ánimo, crean convenciones sobre qué y cómo sentir, y muy especialmente, cómo expresar lo sentido. De tal manera que si quieres vender estados de ánimo tienes que acudir a los espacios donde se desarrollan sus ritos sociales y allí los vendes a grupos ya establecidos a los que puedes abordar con ciertas convenciones, o si eres muy poderoso o empecinado o carismático, configuras directamente esos grupos, les das un lugar y les dictas una sensibilidad que estén dispuestos a suscribir. Para dirigirte a esos grupos necesitas etiquetas que los distingan de otros. Y en todo caso necesitas comunidades. Gente con cosas en común.


En algún momento, no sé cómo exactamente, las etiquetas tomaron el control. Propongo na mesa de tres patas: por un lado parecen mayormente desarticuladas las redes de espacios cotidianos para la realización de ese rito social que es la música en vivo (cuyo peso en el imaginario ha disminiudo), por otro vemos que canales tradicionales para la formación de tejido socio-musical (como la radio) están apostando por sostenerse por la pura prosa, con un uso meramente comercial o incidental de lo musical, y finalmente esa naturaleza propia de la internet que pareciera una página de Excel matriushka fractal, en la que las cajitas tienen nombres y rutas y otras cajitas y es muy fácil encontrar y muy fácil perderse.


#Gaitazo

Para colmo de males las disco-tiendas hace tiempo que no existen, las disqueras se desmaterializaron, sin aviso desaparecieron esos monstruos que nos querían etiquetar, como a vacas marcadas y así quedamos cimarrones todos los músicos a la buena de Dios el en la sabana infinita de la internet. Lo que no cambia es que los músicos siempre necesitan público, necesitan comunidad, y la comunidad necesita constantemente nueva música que se adecúe a la cambiante sensibilidad de su ánimo y su identidad. Necesitan crear sus propios cumbes. Así las cosas el poder de convocatoria recayó cada vez más en las etiquetas. Hay un concierto de #Punk, hay un #gaitazo, hay un #templetedesalsa, ven a la matiné de #raptorhause, etc.

Las etiquetas quedaron como lugares virtuales y vagabundos, por ahí, buscando recolectar música y gente para reunirlos en el momento sagrado del placer estético. Las crean los músicos, los oyentes, las acuñan siempre cuidando que tengan su mascarita de # para que se las pueda reconocer entre la multitud de las palabras. Algunas son #joropunk o #jororock o #tuyerock y otras tantas. Las etiquetas nos reúnen, pero ¿qué significan? ¿cuál es el alcance de su validez? ¿a qué apuntan exactamente? Veo venir más páginas persiguiendo a estas preguntas, pisándoles los talones.

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